La crisis del Antiguo Régimen, la Revolución francesa, Napoleón y la Restauración
LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN
Se denomina Antiguo Régimen al conjunto de rasgos económicos, sociales, políticos e ideológicos que caracterizaron Europa entre los siglos XVI y XVIII.
En el siglo XVIII esas estructuras entran en crisis y van desapareciendo con mayor o menor rapidez, según los estados, a lo largo de la siguiente centuria.
Una serie de oleadas revolucionarias (Francia en 1789, 1820, 1830, 1848) se extenderá por Europa y América, destruyendo el absolutismo, alentadas por dos ideologías que impregnarán el siglo XIX: el liberalismo y el nacionalismo.
Las fuerzas reaccionarias no lograrán impedir la transformación de un mundo en el que la burguesía sustituirá como clase dominante a la antigua aristocracia heredera del feudalismo.
Simultáneamente a estas transformaciones ideológicas y políticas, tiene lugar en lo económico el proceso de industrialización, que dará paso a la sociedad urbana de nuestros días.
LA REVOLUCIÓN FRANCESA
El proceso que conocemos como Revolución Francesa destruyó el Antiguo Régimen en Francia, uno de los estados más importantes del mundo. Sus repercusiones no se limitaron a ese país, por contra, sirvieron de modelo a los revolucionarios de otros países que deseaban suprimir las desigualdades propias del sistema estamental feudal y el absolutismo monárquico, sustituyéndolo por uno nuevo fundamentado en la igualdad jurídica de los ciudadanos y en la división de poderes.
Una revolución supone un cambio rápido, profundo y normalmente violento, que afecta a todas las estructuras de una sociedad. En él se enfrentan dos oponentes: los partidarios del antiguo orden (reaccionarios) y los que pretenden derribarlo (revolucionarios). La Francesa es una revolución modélica en tal sentido. |
Tras el nacimiento de USA, la francesa, constituyó la primera revolución política burguesa y supuso la implantación de los ideales liberalismo.
CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN
En el último tercio del siglo XVIII, Francia está inmersa en una profunda crisis de las estructuras del caduco Antiguo Régimen.
Podemos resumir sus causas en las siguientes:
- Crisis de la sociedad: Francia estaba dividida en estamentos. La burguesía deseaba acabar con las desigualdades jurídicas que perjudicaban su deseo de participar en la vida política y no ser discriminada.
- Crisis del Estado: la monarquía absoluta era vista por los sectores progresistas como una institución del pasado, fuente de todo tipo de abusos de poder. Además, el Estado francés sufría un permanente déficit de recursos, dado que nobleza y clero estaban exentos de pagar impuestos. Los intentos de modificar esta situación fracasaron estrepitosamente.
- Crisis económica: las malas cosechas hicieron subir los precios del pan en 1788. La crisis de subsistencias exacerbó los ánimos de las capas populares.
- La Ilustración puso de relieve esos problemas, los denunció y criticó, contribuyendo a la revolución.
PRINCIPALES ETAPAS
Podemos resumirlas en las siguientes:
- La revuelta de los privilegiados: los representantes de la nobleza y el clero se oponen los proyectos fiscales del ministro Calonne.
- Los Estados Generales (1789): reunidos para tratar el tema financiero, sirvieron para elevar las protestas y reivindicaciones del 3º Estado.
- La Asamblea Nacional-Constituyente (1789-1791): el asalto a la Bastilla desencadena la revolución. El Antiguo Régimen es destruido y el nuevo se consagra en la Constitución de 1791.
- La Asamblea Legislativa (1791-1792): la revolución se radicaliza, el rey es arrestado al intentar huir de Francia.
- La Convención Nacional (1792-1794): Francia se transforma en república, se implanta un régimen de terror y el rey es ejecutado
- El Directorio (1795-1799): la caída de los radicales (Robespierre), conduce a la revolución de nuevo por la senda de la moderación.
NAPOLEÓN | |
CARACTERÍSTICAS DE SU GOBIERNO |
En 1799, Napoleón Bonaparte, prestigioso general de la Revolución, dio un golpe de estado que terminó con el régimen del Directorio. Fue nombrado Primer Cónsul, más tarde, Cónsul Vitalicio (1802). En 1804, se autoproclamó Emperador de los franceses.
Su gobierno (1799-1815) supuso, a nivel interno, la consolidación del Estado revolucionario, pero desde una perspectiva conservadora, personalista y autoritaria. A nivel externo, se erigió en el baluarte de las ideas ilustradas y la modernidad, frente a los defensores del Antiguo Régimen.
Su objetivo era conseguir una Europa unida bajo su autoridad y abolir la sociedad estamental. Se valió de una política imperialista que lo empeñó en varias guerras contra diversos estados, fundamentalmente, Austria, Rusia, Prusia e Inglaterra. Éstos, aliados en sucesivas coaliciones, fueron derrotados en varias campañas militares, hasta que entró en declive tras la de Rusia. Vencido en la batalla de Leipzig (1813), abdicó y fue exiliado a la isla de Elba. En 1815 regresa a Francia como emperador, cien días más tarde es derrotado de nuevo en Waterloo y recluido en la isla de Santa Elena, donde permaneció hasta su muerte, acaecida en 1821.
LA RESTAURACIÓN | |
SIGNIFICADO Se conoce como Restauración al período comprendido desde la derrota de Napoleón en 1815 y el inicio de la oleada revolucionaria de 1830. La caída de Napoleón supuso la reposición en Francia de la dinastía absolutista de los Borbones representada por Luis XVIII, hermano del guillotinado Luis XVI. En la mayor parte de Europa diversos teóricos tradicionalistas (Bonald, De Maistre, etc.) así como los reyes absolutistas, intentaron recuperar las estructuras del Antiguo Régimen. Para ello se basaron en los postulados establecidos en el Congreso de Viena (1815). Según esos principios, la vida social y política debía descansar sobre los reyes, la Iglesia, y la aristocracia. Se exaltaba el orden, la autoridad y la obediencia frente a las ideas revolucionarias. A pesar de esos intentos, sus defensores sólo obtuvieron un éxito parcial, ya que era imposible retornar sin más a la situación anterior a la Revolución. Algunas de las conquistas de ésta eran ya irreversibles. Finalmente, las oleadas revolucionarias 1830 y 1848 dieron al traste con esa conservadora y trasnochada forma de hacer política. La caída de Napoleón animó a las grandes potencias vencedoras a adoptar una serie de principios por los cuales debía regirse la vida política de los estados, así como las relaciones internacionales.
Estos principios se moldearon en diversos congresos, pero el más importante, fue el celebrado en Viena en 1815, que tuvo importantes repercusiones en el replanteamiento de la política internacional, entre ellos una nueva configuración territorial del mapa de Europa. |
FUENTE: http://recursostic.educacion.es/
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