𝐋𝐚 𝐦𝐞𝐭𝐚𝐦𝐨𝐫𝐟𝐨𝐬𝐢𝐬 𝐬𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐅𝐏 𝐞𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚ñ𝐚

 𝐋𝐚 𝐦𝐞𝐭𝐚𝐦𝐨𝐫𝐟𝐨𝐬𝐢𝐬 𝐬𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐅𝐏 𝐞𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚ñ𝐚. 𝐃𝐞 𝐩𝐥𝐚𝐧 𝐁 𝐚 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐨𝐩𝐜𝐢ó𝐧

Durante décadas, la Formación Profesional (FP) en España ha arrastrado una etiqueta injusta: la de ser la “segunda vía”, el camino de quienes no seguían la ruta universitaria. En el imaginario colectivo, se asociaba más con una salida de urgencia que con una elección meditada. Sin embargo, en los últimos diez años, esa percepción ha cambiado de manera profunda. Lo que antes era un itinerario secundario hoy se presenta como una autopista directa hacia el empleo, la especialización y la innovación.

𝐃𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨𝐭𝐢𝐩𝐨 𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐭𝐢𝐠𝐢𝐨

A principios de la década de 2010, la FP era vista, en muchos casos, como un recurso “práctico” pero con escaso reconocimiento social. El peso cultural de la universidad en España y la falta de información sobre la empleabilidad real de los ciclos formativos provocaban que muchos jóvenes —y sus familias— ni siquiera consideraran esta opción. Sin embargo, algo empezó a moverse. La crisis económica de 2008-2013 dejó una lección clara: la empleabilidad dependía menos del título que del ajuste entre formación y mercado laboral. Mientras muchas titulaciones universitarias sufrían un paro elevado, los titulados de FP encontraban trabajo más rápido, especialmente en áreas técnicas, sanitarias, tecnológicas y de servicios especializados.

𝐄𝐥 𝐩𝐚𝐩𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚 𝐲 𝐥𝐚 𝐭𝐞𝐜𝐧𝐨𝐥𝐨𝐠í𝐚

La transformación de la FP en España debe ir de la mano de la evolución empresarial y tecnológica. La digitalización, la automatización y la demanda de perfiles altamente cualificados en oficios y profesiones técnicas van colocando a la FP en el centro del tablero. Por ello, la implantación de la FP Dual, que combina formación en centros educativos con prácticas remuneradas en empresas, es tan importante. Si se implanta con éxito reforzará su imagen como itinerario eficaz y conectado con la realidad laboral.

𝐔𝐧𝐚 𝐝é𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐜𝐫𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐨𝐫𝐠𝐮𝐥𝐥𝐨

Según datos recientes del Ministerio de Educación y Formación Profesional, la matrícula en FP ha crecido más de un 30% en los últimos diez años, y las solicitudes superan con creces las plazas disponibles en muchas comunidades autónomas. Lo más llamativo es que este crecimiento no se debe solo a alumnos que provienen de la ESO, sino también a personas que, tras pasar por la universidad o por otros trabajos, regresan a la FP para reorientar su carrera. Además, la sociedad ha comenzado a valorar más las destrezas prácticas y técnicas, y a dejar atrás la antigua idea de que el éxito profesional solo se mide en títulos universitarios. La FP ya no se ve como un plan B: para muchos jóvenes, es la primera opción.

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