¿Qué tiene que ver la macroeconomía y la felicidad?

La macroeconomía de la felicidad

Ahora que Nicaragua ha crecido 5% en promedio, y que la macroeconomía marcha bien, ¿esto implica que sus ciudadanos son más felices? La Gran paradoja plantea: Aun cuando los países con mayores ingresos, su gente podría afirmar ser más feliz, el PIB por sí mismo no promueve la felicidad.
Por Rosendo Benito Hernández Cañas | 7/10/2013
Fuente: http://www.confidencial.com.ni/archivos/articulo/14180/la-macroeconomia-de-la-felicidad


¿Qué tiene que ver la macroeconomía y la felicidad? Y porque los  hacedores de políticas se preocupan tanto por el crecimiento económico de los países? Algunas de las primeras lecciones que se aprenden de economía es que  el Producto Interno Bruto (PIB)   de un país no es un indicador perfecto de bienestar, pero también se aprende que  la calidad de vida de sus  habitantes depende de su productividad, su capacidad de producir bienes y servicios.
Esta son medias verdades y medias mentiras, una  es antítesis de la otra. El crecimiento económico no importa por sí mismo, las personas o habitantes de un país no están preocupados por la cifra de crecimiento de la economía, o cuanto más se expandió la producción,  pero si están interesados en mejorar su calidad de vida, en este sentido Michael Spence lo define mejor en su libro The Next Convergence: The Future of Economic Growth in a Multispeed World:
“La gente no le interesa el crecimiento en un sentido estricto, después de todo es una estadística que documenta cierto aspecto de cambio, generalmente las personas están más interesados en cosas espirituales: Valores, religión y sus relaciones con el resto de la humanidad. Se preocupan por las oportunidades, la posibilidad de ser empleado y creativo, de ser valorado por la sociedad, sobre la educación y la salud- En conclusión de las cosas que  generan libertad y oportunidad para alcanzar su potencial.”
MEDIDAS ALTERNATIVAS DE BIENESTAR.
En el esfuerzo de medir la felicidad como un indicador de bienestar  The  Happy Planet Index  una medida lanzada por la New Economics Foundation desde el 2006 muestra la eficiencia ecológica  con la que  se genera bienestar humano alrededor del mundo, muchos países no considerados ricos  aparecen en los primeros puestos. Por ejemplo los Costarricenses viven por más tiempo y más felices que sus contrapartes de Estados Unidos, El Reino Unido rankiado en el puesto 22 de los países con mayor PIB per cápita de 194 países ocupa el puesto 41 de 151 países en el Happy Planet Index, por último  solo 4 Países en el Top de los 40 más felices  del mundo poseen un PIB per cápita por encima de los $15.000. La pregunta en vilo es ¿ La eficiencia ecológica  es una medida perfecta de bienestar?. Parece no ser suficiente.
El Índice de Prosperidad elaborado por el Instituto Legatum de Londres clasifica a un total de 110 países, cubriendo un 90%  de la población mundial  para construir dicho índice  utilizan diversas fuentes como la consultora Gallup, la Heritage Foundation y el Foro Económico Mundial. Cada nación se evalúa  en 89 variables clasificadas en ocho apartados: la economía, el espíritu empresarial, el gobierno, la educación, la salud, la seguridad, la libertad personal y el capital social. En los primeros puestos aparecen: Noruega, Dinamarca, Finlandia, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Canadá, Suiza, Holanda, Estados Unidos.  Países que ocupan los primeros puestos en PIB per cápita de acuerdo a la universidad de Pennsylvania. ¿Es la  Prosperidad un reflejo de bienestar?  Puede que sí, pero lo cierto es que la mayoría de estos países en primeros puestos tienen las tasas de suicidio más altas del planeta.
La felicidad Nacional Bruta es un indicador creado por el Gobierno de Bután cuya medición se utiliza  a través de un cuestionario de 189 preguntas  considerando 9 dimensiones: 1. Bienestar Psicológico 2-Uso del Tiempo 3-Vitalidad de la comunidad 4-Cultura 5-Salud 6-Educación  7-Diversidad Medioambiental  8-Nivel de Vida 9 –Gobierno.
PARADOJA DE LA FELICIDAD.
Jeffrey Sach, economista de la Universidad de Columbia afirma que  la felicidad puede ser alcanzada independientemente de la riqueza de cada país en términos del PIB  y ha enfatizado        “   El PIB por sí mismo no promueve la felicidad. Estados Unidos ha incrementado en tres veces su PIB per  cápita desde 1960, pero sus medidas de felicidad no se han modificado”. Algunos estudios han sugerido  que la Felicidad no es proporcional a la riqueza económica, esto es lo que se conoce como la “Paradoja de la Felicidad”.
La paradoja de la Felicidad  o Paradoja de Easterlin  un postulado del economista Richard Easterlin, publicado en un artículo de 1974 con el título “Does Economic Growth Improve the Human Lot? Some Empirical Evidence“.En este artículo se muestra que, tal y como predice la teoría económica mayoritariamente aceptada, dentro de un país dado, la gente con mayores ingresos tiene una mayor tendencia a afirmar que es más feliz. Sin embargo, cuando se comparan los resultados de varios países, el nivel medio de felicidad que los sujetos dicen poseer no varía apenas, al menos en los países en los que las necesidades básicas están cubiertas en la mayor parte de la población.
¿Y EL  PIB IMPORTA?
El crecimiento económico sí importa, es un determinante del bienestar pero no es necesariamente un indicador del mismo, los países que son capaces de transformar el Producto Interno Bruto (PIB)  en mayores oportunidades para sus habitantes son los países que alcanzan el Desarrollo, por tanto las variables económicas si están relacionadas con el Desarrollo Económico y el Bienestar de su Población.
El estudio “The Macroeconomics of Happiness” de Robert J. MacCulloch llego a la conclusión de que la ecuación de la felicidad  es monótonamente creciente con el ingreso, los movimientos  del bienestar está relacionado con crecimiento del PIB, El  artículo establece  que las recesiones generan pérdidas físicas que se incrementan con la caída del PIB  e incrementa el número de desempleados.
Desde otra perspectiva, el estudio  HAPPINESS PROSPERS IN DEMOCRACY apunta a que los desempleados  son mucho menos felices que los empleados, independientemente del ingreso, esto es por las oportunidades que genera el tener un empleo y el no tenerlo limita la libertad.
De acuerdo a Amartya Sen, las personas no se preocupan por las toneladas de acero producidas, sino  por el grado de libertad  en el sentido  de lo que realmente pueden hacer  y los conceptos de capacidad y libertad son claves en este sentido y se encuentran estrechamente relacionadas, si está en el poder  de  mejorar su vida (capacidad)  y no se encuentra impedido de hacerlo.(libertad).
Que el PIB no importa para el bienestar  es media mentira  y que la calidad de vida depende del PIB es media verdad, porque existen muchos otros enfoques en construcción para medir cómo va la sociedad más allá de indicadores económicos, tomando en cuenta la felicidad, la justicia  y la libertad.
* Economista Nicaragüense, Especialista en  Crecimiento y Desarrollo Económico.   Consultor Económico y Financiero de la  Central Américan Business Intelligence.(CABI)

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