Educar en la Modernidad Líquida
Educar en la Modernidad Líquida
El sociólogo Zygmunt Bauman,
Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, visitó
en 2013 la Universidad Europea (Madrid, Campus de Villaviciosa de Odón) donde dio una conferencia en la que a reflexionaba sobre la
educación en un ambiente de cambio permanente, en el marco del foro Education.
Educar para Transformar: “Educar en la Modernidad Líquida”
De las ideas expuestas queremos
destacar el papel que atribuyó a las universidades, que no es distinto del que
tenían en el pasado “fomentar la emancipación de la humanidad generando
conocimiento y herramientas para construir el futuro”. Destaca la importancia de
creer en el cambio, para los jóvenes, a los que animó a luchar: “sois la
primera generación que no creéis que vuestro nivel de vida será mejor que el de
sus padres, la primera desde la II Guerra Mundial que está a la
defensiva y no a la ofensiva. No puede haber una revolución sin ese impulso, y
para ello hay que creer en la posibilidad del cambio. Para luchar contra la
crisis, hay que buscar vías alternativas de acción colectiva como el movimiento
de los indignados. El siglo XXI va a tener que responder a la pregunta de cómo
reconciliar el poder, la capacidad de hacer las cosas, y la política, la
capacidad de decidir qué debe hacerse”.
Advirtió de que el problema actual
con la información es su exceso: “una habilidad crucial en la sociedad de la
información es sabernos proteger del 99,9% de la información que nos bombardea
y no nos interesa”.
Bauman define como “mundo líquido” el que
nos toca vivir, pues está sometido a la tiranía del momento y la velocidad del
cambio. Ante esta situación los educadores deben pasar de “una visión
cortoplacista de aprovechamiento de oportunidades” a una visión de la educación
como un proceso a lo largo de toda la vida, que vaya modificando su trayectoria
según las necesidades. Hay que recuperar la capacidad de pensar a largo plazo.
Instó a la vuelta al ideal del
educador como “El maestro no sólo formaba, sino que realizaba una
labor muy amplia para dar forma al carácter de sus discípulos y a su actitud
ante la vida. Era la puerta a la información, el que guardaba las puertas del
conocimiento. Ahora, sin embargo, tiene que competir en una situación de
desventaja, no tiene una relación preferente con el estudiante”.
Fuente: https://www.injuve.es/
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