Los colores de la política española y sus ideologías
Más que nunca, los colores forman parte de nuestra vida diaria. Sean los medios de comunicación que difunden publicidad e información en color, sean la moda y los colores tendencia según las estaciones o la política, el color es un elemento fundamental de la comunicación.
Nuestra percepción de los colores del mundo varía de un individuo a otro,
pero a lo largo del tiempo se han ido asociando tradicionalmente ideas con
colores. Los colores contribuyen al desarrollo de una memoria colectiva
histórica y cultural. Relacionados con valores, con personas o ideas, son parte
del patrimonio de la historia de un país y… de su política.
Marketing y política
El marketing ha sido una respuesta del capitalismo a la necesidad de
segmentar el mercado en el ajedrez de la competencia global. A cada segmento le
corresponde una necesidad: la transposición a las estrategias de comunicación
política se ha adaptado muy bien y los políticos han entendido muy pronto la importancia
de cuidar su imagen. De hecho, la imagen de un político, de un partido y de su
ideología se transmiten mediante un logotipo, unas siglas y un color.
La tradición cromática
española parece poco diferente de la tradición francesa que asociaba el azul
con la realeza. Pero 2014 fue el año del cambio. El nuevo rey, Felipe VI, reemplazó el tradicional fondo azul de su estandarte con un fondo
rojo. Con el tiempo, la identidad cromática de los partidos orientó
nuestra lectura del panorama político: rojo para un partido de izquierdas, azul
para un partido de derechas. En España, estos son de hecho los colores
asociados con el PSOE (rojo) y el PP (azul).
Pero, sobre todo, el
PSOE y el PP vivieron en mayo de 2014 un shock morado con
la llegada al Parlamento Europeo de cinco diputados del joven partido Podemos,
nacido poco antes.
Un año y medio después, mientras que desde la transición democrática los
españoles se habían acostumbrado a descubrir al final de las elecciones
legislativas una "ola roja" o una "ola azul", una pequeña
ola malva vino a trastornar el equilibrio cromático de la democracia ibérica
después de las elecciones legislativas de diciembre de 2015.
Con poco más del 20% de los votos, Podemos estuvo muy cerca del PSOE (22%)
y del PP (28,7%).
Por primera vez, se tambaleó el bipartismo PSOE / PP. El partido de Pablo
Iglesias eligió el morado para marcar un quiebro tanto desde el punto de vista
ideológico como visual y encontrar su lugar en un tablero político que continúa
densificándose y cuya lectura se hace cada vez más compleja.
El color del momento: el morado detonante
El buzz para Podemos fue exitoso: el morado, frío y
ambiguo, poco presente en la escena política, es el resultado de la mezcla de
rojo y azul. Además, se ha visto recientemente en todos los medios que también
es el color de las reivindicaciones feministas. Por ejemplo, el 25 de noviembre
pasado, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer, España lució morada en las manifestaciones y el color también
se mostró en varios edificios.
Históricamente, este color no se había politizado, ya que hasta ahora
no se había identificado con ningún partido político, pero la llegada de
Podemos lo ha cambiado todo.
Con motivo de la manifestación de los Indignados, iniciada el 11 de mayo de
2011, surgieron varios grupos feministas aprovechando la oportunidad para
compartir espacios de discusión y debate en torno a una demanda común: una
democracia real. Es el caso del colectivo catalán Feministes Indignades.
¿La elección cromática
de Podemos fue influida por los movimientos feministas que también apoyaron el
impulso de los indignados? Al principio, el partido no declaró que el color
fuera una indirecta a las feministas. Sarah Bienzobas, miembro de Podemos,
declaró que el malva era prácticamente el único color disponible en la paleta cromática
del mundo político (citado en Podemos,
Una historia colectiva, edición Manuel Guedán, 2016).
También hemos de tener en cuenta que el deseo de democratizar en
profundidad un sistema considerado socialmente corrupto e inoperante es una
reminiscencia de los fundamentos de la Segunda República española… que también
tuvo el color morado en su bandera entre 1931 y 1936.
Además, Podemos
participó en las elecciones parlamentarias de 2016 con otra coalición,
llamada Unidos Podemos, que reunió a Podemos, Izquierda Unida y
Equo. Esta coalición apareció con un logotipo de un corazón de los colores del
arcoíris, símbolo de la agrupación entre varias entidades que se unieron a
Podemos (Compromís, En Marea y En Comú Podem) para reemplazar la "o"
de Podemos, forma inmutable y de unidad. El corazón es representativo de la
voluntad de la coalición, que utilizó una denominación universal y transversal.
Recientemente, este
mismo símbolo ha estado en el centro de una campaña para concienciar sobre la
violencia machista: varias señales de "prohibido" utilizaron la forma de un
corazón en 2018 en varias ciudades españolas.
A principios de 2019, poco antes de unas nuevas elecciones generales, se
formó una nueva coalición alrededor de Podemos, que tomó un nombre feminizado:
Unidas Podemos. Durante esta campaña y la siguiente (que precedió a las
elecciones del 10 de noviembre), los diversos partidos políticos trataron temas
tradicionales como los impuestos, la inmigración, la economía, etc., pero
también se enfrentaron en torno a la cuestión feminista dando bastante peso a
la igualdad de género y a la violencia machista. El discurso de Unidas Podemos
incluyó preocupaciones feministas en particular.
El logotipo había cambiado nuevamente, el arcoíris del corazón desapareció
en favor de opciones cromáticas más restringidas: malva, rojo y verde, colores
de los nuevos partidos de la coalición (Podemos, Izquierda Unida y Equo).
Estos cambios repetidos
atestiguan la evolución y las elecciones estratégicas del partido en el período
previo a las elecciones, y han complicado considerablemente la imagen de una
formación que ha querido demostrar su capacidad para adaptarse a los problemas centrales de su programa.
Por su parte, el PSOE
también utilizó el símbolo del corazón para su campaña de abril de 2019. El partido
tomó la decisión de presentar su proyecto de igualdad hombre/mujer a partir del
gobierno más femenino de Europa y de un eslogan inequívoco en noviembre de 2019
(Ahora feminismo, ahora sí).
El naranja dinámico
Ciudadanos, un partido de centro derecha nacido en 2006, eligió un color
vivo: el naranja. Otros partidos centristas como el Modem francés también han
usado este color alegre, asociado con conceptos como la energía, la juventud
pero también la transición, porque es un color resultante de la mezcla entre el
amarillo y el rojo, colores del otoño, una estación intermediaria entre el frío
del invierno (¿el azul frío del PP conservador?) y el calor del verano
(¿revolucionario de los partidos de izquierda?).
El naranja tampoco se
usó antes de la llegada de Ciudadanos en la escena política, aunque el PP había
intentado una ligera coloración de su logotipo para rejuvenecer
la imagen del partido con un programa más centrista y reformista entre 2004 y
2008.
Albert Rivera, entonces
presidente de Ciudadanos, declaró que era Naranjito, en referencia a la
mascota de la Copa Mundial de Fútbol de 1982 celebrado en España, una
referencia que podía despertar el interés de un electorado mayor que los millennials y postmillenials, una
generación privilegiada principalmente por la formación centrista.
El verde ecologista y…
Varios partidos han adoptado el verde en su logotipo. Estos son Equo, Más
País y Vox.
El primero, fundado en
2011 por Juan López de Uralde, forma parte del movimiento ecologista y es
miembro del Partido Verde Europeo. Equo se unió a Unidas Podemos en 2019 antes de acercarse al reciente partido de izquierda Más País de
Iñigo Errejón, un exmiembro de Podemos. En sus redes sociales, esta última
formación, simbolizada por un logotipo que muestra dos tonos de verde, declaró
su intención de ser un antídoto contra la abstención y el bloqueo político y
colocó a la ecología en el centro de su programa, calificado de proyecto verde, libre y justo.
Otro partido que eligió el verde, con un tono más vivo que los anteriores:
Vox.
El partido de extrema derecha se ha convertido tras la últimas elecciones
en la tercera fuerza política del país y ha conseguido entrar en el Parlamento.
La elección del verde es sorprendente porque es un color tradicionalmente
asociado con los movimientos ecologistas.
El logotipo de Vox es muy expresivo, sin querer jugar con las palabras,
porque "vox", que viene del latín y significa "voz",
aparece como el portavoz de los ciudadanos cuyos gritos difícilmente serían
escuchados, estrategia común entre muchos partidos populistas que quieren dar
la imagen de retransmisión de las demandas de los "ciudadanos
comunes".
El verde aquí no es una referencia a la ecología (el cambio climático ni
siquiera se menciona en el programa de Vox), sino que quiere aparecer más bien
como el color de la esperanza, del cambio. La letra central "o" se
hace eco muy claramente a la misma letra característica de Podemos que, por su
forma circular, simboliza la unión.
Más que nunca, la política española es muy colorida y todos saben que el
arco iris tiene una infinidad de colores.
Profesora. Université Paris-Est Créteil Val de Marne
(UPEC)
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