Según el estudio The effect of oil spills on infant mortality: Evidence from Nigeria (El efecto de los vertidos de petróleo sobre la mortalidad infantil: el caso de Nigeria), publicado por el Navarra Center for International Development afirma que unos 11.000 niños habrían podido sobrevivir al menos al primer año si no se hubieran visto expuestos a los hidrocarburos en su vida diaria.
Cada año miles de neonatos mueren respirando y bebiendo hidrocarburos que atacan sus cuerpos. Hay algunos condenados a transportar enfermedades desde el génesis por el esperma contaminado de su padre y otros que lo contraen durante el proceso de gestación a través del cordón umbilical o el tejido de la madre.
Que el petróleo es dañino y mata lo sabemos tras años de investigaciones. Pero conocer cómo mata, a quién mata y dónde solo se puede llegar a saber si se otorga tiempo, confianza y recursos a investigaciones científicas que den a conocer una realidad escondida. Descubrir un problema es el primer paso para poder trabajar y combatirlo.
La inversión en investigaciones que conlleven métodos empírico-analíticos es fundamental para luchar contra la pobreza y prevenir alarmantes tragedias humanas.
Nigeria, uno de los países más ricos en reservas petrolíferas, registró 6.637 vertidos entre 2005 y 2015. Ya sea debido a errores de mantenimiento, al vandalismo de las tuberías o a robos de fuel, los derrames abundan en el país. El estudio citado arriba indaga en los efectos que estos causan en aquellas familias que viven codo con codo con las reservas de fuel.
Los investigadores suizos Anna Bruederle y Roland Hodler, de la Universidad de St. Gallen, precursores del estudio, concluyeron que los derrames de petróleo doblan la tasa de mortalidad durante el primer mes de vida para aquellas madres que quedaron embarazadas después de un vertido, mientras que los efectos para aquellas en avanzada gestación eran mucho menores. También descubrieron que los niños que sobrevivían crecían con menor peso del que corresponde a su altura.
Investigaciones pioneras como esta son un ejemplo de la necesidad de invertir en estudios de calidad para descubrir realidades desconocidas. Solo con métodos empírico-analíticos podemos obtener los datos a partir de los cuales se puede formar una opinión ajustada a la realidad.
No podemos encontrar soluciones efectivas a problemas universales como la pobreza si no sabemos sus causas. Para prevenir tragedias humanas como la muerte de miles de bebés contaminados por el petróleo en Nigeria primero hay que saber que eso efectivamente ocurre, y para ello son cada vez más necesarias las investigaciones científicas.
Imagen: https://elordenmundial.com/nigeria-y-el-oro-negro/
(*) según un estudio de la Universidad de Navarra
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FUENTES:
https://elpais.com/elpais/2017/10/17/planeta_futuro/1508252547_025786.html
https://elordenmundial.com/nigeria-y-el-oro-negro/
https://www.amnesty.org/es/latest/campaigns/2013/02/shell-s-niger-delta-pollution-the-good-the-bad-and-the-ongoing-quest-for-justice/
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