La cooperación como forma de acción pedagógica
La cooperación como forma de acción pedagógica
Si la educación supone interacción social no puede ignorarse que la organización de esta interacción en los procesos sociales con fines formativos tenga consecuencias en el aprendizaje. Ya que entre la forma de organización de la interacción y el aprendizaje existe relación, resulta necesario plantear si todo tipo de interacción educativa es igual de beneficiosa para el aprendizaje.
Desde una visión sociocultural, la forma de interacción que puede favorecer el aprendizaje es la cooperación. El factor social debe ser visto no solo como el contorno de la actividad de aprendizaje, sino como explicación y condición para su desarrollo. De aquí se deduce la importancia del planteamiento cooperativo al momento de orientar la práctica educativa, y, a partir de aquí, la convicción de que los intentos de mejorar el aprendizaje en el aula no deban suponerse ajenos a la organización cooperativa. Una de las principales fuentes de error pedagógico en la práctica educativa proviene del desatino sobre el tipo de interacción con la que orientar el proceso de aprendizaje.
Desde una perspectiva pedagógica, la acción educativa arropa una práctica social que consiste en saber estructurar y gestionar un tipo de interacción educativa ventajosa para potenciar el aprendizaje. La tarea del docente consiste en percibir y proponer, a partir de los marcos de comprensión de la interacción social aquellas opciones relacionales apropiadas para potenciar los procesos de internalización.
La proyección docente estructurada bajo el prisma cooperativo permite enfatizar que el aprendizaje es un evento implicado en las múltiples redes de interacción. La cooperación es una de las opciones relacionales que afianzan la idea que la cognición se vive con otros. La cooperación en el aula supone asumir que la presencia del otro no es un impedimento para el aprendizaje, sino una oportunidad para su progreso.
Competitividad, individualidad y cooperación en el desarrollo
La ventaja de la interacción entre estudiantes no radica solo en que estos se encuentren en grupo, sino más bien, del tipo de compromisos que alcancen entre ellos y de la calidad de la comunicación desarrollada para conseguirlo. Desde el prisma pedagógico, lo central en la búsqueda de la interacción cooperativa no es que los estudiantes realicen algo junto, sino que juntos logren aprender. Si la calidad en la relación entre estudiantes no es la misma, entonces tampoco lo serán sus resultados en el aprendizaje.
No toda interacción entre estudiantes es similar en la dinámica educativa. Tal diferencia puede originarse en reconocer que un factor clave en la organización social de las actividades de aprendizaje en el aula es la interdependencia que existe entre los participantes en una situación de aprendizaje (negativa, positiva o nula) y las metas u objetivos que persiguen con dicha relación (competitiva, individual o compartida).
Estructura de aprendizaje cooperativa. Procura una interacción recíproca entre estudiantes que asegure, a través del trabajo en equipo, que los estudiantes puedan afianzar el aprendizaje de todos, entre ellos mismos. Se trata de integrar esfuerzos en torno a metas de aprendizaje compartidas. Las condiciones sociales para aprender cambian por aquella en la que los estudiantes, al estar en concurrencia y auxilio cooperativo, se encaminan a aprender todos y no a fracasar juntos. La interacción cooperativa entre estudiantes es aquella forma de interacción en equipo donde la interdependencia entre los fines personales y del equipo pueden equilibrarse de forma que el logro de un objetivo personal es posible si, y solo si, se alcanzan los objetivos del conjunto.
Comentarios
Publicar un comentario