La ley de los rendimientos decrecientes
La ley de los rendimientos decrecientes
"La ley de rendimientos marginales decrecientes es uno de los elementos más constantes en las teorías de todos los economistas. Sin embargo, es una ley con muy poca investigación empírica detrás. A pesar de ello, lo economistas seguimos defendiéndola".
Óscar Vara
DEFINICIÓN TÉCNICA
La ley de rendimientos decrecientes es un concepto económico que muestra la disminución de un producto o de un servicio a medida que se añaden factores productivos a la creación de un bien o servicio.
Según el principio económico de los rendimientos decrecientes, El PM (producto marginal) del factor trabajo (o de cualquier otro factor) comienza a disminuir a partir de un determinado punto a medida que se utiliza una mayor cantidad del mismo, pero manteniendo constantes los demás factores.
Se trata de una disminución marginal. Es decir, el aumento es menor cada vez, por eso, otra manera de llamar a este fenómeno es ley de rendimientos marginales decrecientes.
Según la ley de rendimientos (marginales) decrecientes, incrementar la cantidad de un factor productivo en la producción del bien o servicio en cuestión, provoca que el rendimiento de la producción sea menor a medida que incrementamos este factor. Siempre y cuando se mantengan el resto de factores a nivel constante (ceteris paribus). Normalmente, en la función de producción, cuántos más trabajadores hay, mayor es la producción.
La ley de los rendimientos decrecientes apareció en los primeros años de la economía moderna de la mano de autores como Thomas Malthus, Johann Heinrich von Thünen, David Ricardo y, sobre todo, Jacques Turgot.
A este último se le
atribuye la formulación más conocida, cuyo objetivo era explicar la
disminución de los factores de producción de un bien frente a los beneficios
obtenidos durante el proceso de elaboración.
En principio fue
utilizada para entender el aumento de los precios agrícolas en Gran Bretaña
del siglo XVIII. De hecho, el ejemplo clásico al que siempre
se recurre para una explicación más concreta de su postulado es el de la
parcela de tierra:
- En la parcela se cultivan lechuga y maíz. Su labranza implica un aumento de la producción de estos dos productos.
- Una segunda y una tercera labranza hacen progresar aún más la producción, algo que se traduce en mayores beneficios para sus propietarios.
- El nivel de producción aumenta varias cosechas más.
- Sin embargo, a partir de la sexta o séptima cosecha el nivel de producción de lechugas y maíz apenas registra un leve crecimiento.
- De hecho, en una novena o décima cosecha la producción es la misma. O sea, ha llegado a un punto en el no puede aumentar más.
- El agotamiento del suelo es evidente. Cualquiera que sea la unidad de trabajo implementada, la producción de lechugas y maíz se mantendrá.
- Los productos estabilizan su radio de consumo.
- Si los propietarios de la parcela invierten más recursos en la producción (por ejemplo, la contratación de un nuevo trabajador), el precio de los productos irá al alza sin que esto suponga un aumento en el número de lechugas.
Rendimientos
decrecientes: otras consideraciones
Los principales críticos
de la ley promulgada por Turgot y Ricardo afirman que sólo es aplicable al
sector de la agricultura, pues algunos factores de la producción (la lluvia, la
calidad de la tierra, etc.) no son dominados del todo por el hombre. En cambio,
en el sector de la industria ocurre lo contrario.
Independientemente de
tal afirmación, sí que es cierto que toda actividad económica pasa primero por
una fase de incremento de su producción que, tras alcanzar un punto óptimo, se
estabiliza por más que se añadan nuevos factores.
Ahora bien, también lo
es que la ley de rendimientos decrecientes exige que se cumplan ciertas
condiciones del entorno:
·
Los factores de producción deben ser homogéneos. Por ejemplo, en el caso
de la parcela, la cantidad de tierra cultivable es siempre la misma. O la
dependencia de los trabajadores, que excluyen la opción de una labranza
tecnificada.
·
La situación requiere estabilidad. No pueden introducirse
otros medios técnicos que supongan alcanzar nuevos rendimientos crecientes, tal
como sucede actualmente en muchos sectores de la industria. Con el ánimo de
aumentar sus rendimientos y sus índices de producción, muchas empresas recurren
a tecnologías o infraestructuras que rompen la linealidad de la ley de
rendimientos crecientes.
·
Los factores de producción nunca van solos. Es decir, siempre que se
recurre a uno nuevo, éste, invariablemente, está ligado a otro. Los
trabajadores contratados para labrar la parcela suponen, por ejemplo, costes en
materia de seguridad social y laboral y capital técnico (herramientas, utensilios,
uniformes, entre otros).
FUENTES:
Óscar Vara
https://retos-directivos.eae.es/
BIBLIOGRAFÍA:
https://economipedia.com/definiciones/ley-de-rendimientos-decrecientes.html
https://economipedia.com/definiciones/productividad-marginal.html
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