El origen del dinero: el trueque

Desde el trueque hasta los apuntes bancarios en cuenta, el dinero ha sufrido una evolución importante. Veamos el origen del dinero, por qué cambió y, en definitiva, la razón por la que llegó a ser lo que conocemos hoy.
El dinero es algo asumido por en nuestra vida cotidiana. De hecho no solemos fijarnos en él. Sin embargo, cuando nos hablan de este concepto, la imagen que viene a nuestra mente es un billete en la moneda oficial de nuestro país. En la zona Euro es el Euro.



Pero ¿qué pasaría si esa misma pregunta sobre el dinero se la hubiéramos hecho a un legionario de la antigua Roma? Es más que probable que él pensara en sextercios, la moneda de la época. Si nos remontamos a la prehistoria y pudiéramos preguntar a aquellos habitantes, la respuesta podría ser ¡un queso o una vaca! e incluso la sal.


El origen del dinero fue el trueque



Imaginemos una época sin tecnología y sin bancos. Los humanos ya nos habíamos hecho sedentarios, así que unos elaboraban quesos y otros criaban vacas. Uno de los maestros queseros ese día quería comer vaca y tenía que buscar el momento en que el vaquero quisiera queso. A eso se unía la dificultad del transporte. O bien él iba con el queso o el otro venía con la vaca. Todo esto era complicado y lo hemos exagerado, pero es el trueque.
El trueque fue el origen del dinero que conocemos hoy. Yo quiero algo y te doy algo a cambio. Su problema fundamental era que podía suceder que en ese momento nadie quisiera mis quesos y yo me quedara sin comer vaca. Por tanto, alguien pensó que sería interesante utilizar algo que fuera fácil de transportar a modo de unidad de intercambio y así, apareció el primer concepto de dinero.

¿Qué es el trueque?

El trueque es el intercambio de bienes o servicios entre dos o más personas a cambio de otros bienes o servicios sin necesidad de que exista ningún tipo de dinero por medio
Para que se produzca un trueque, ambas partes deben aceptar un contrato de intercambio, conocido como ‘permuta’.

Origen del trueque

Históricamente se señala el inicio del trueque con el Neolítico, cuando el hombre logró producir un ‘excedente’ o exceso de bienes a consumir, después de dominar la agricultura y la ganadería. Con estos bienes sobrantes, se dio la situación por primera vez, de que un grupo de hombres no necesitó trabajar la tierra, por lo que pudieron asignarse a hacer otras labores, como producir cerámica u otros objetos que luego intercambiaban con el agricultor por una porción de ese excedente.
De esta manera, con el trueque, nacería el concepto de ‘División del Trabajo’, que no es más que la interiorización del hombre neolítico que no era necesario que todos se dedicaran a la agricultura y la ganadería, sino que era factible repartir el trabajo para generar otro tipo de bienes. Con la aparición de los primeros mercados, el trueque facilitó el canje de herramientas fabricadas con sílex, lanzas, zapatos, collares, entre otros. Existen aún en el mundo, algunos pequeños mercados locales donde se sigue desarrollando este tipo de intercambios.

El origen del dinero. De la sal al oro o la plata

Se utilizaron varios productos destacando el maíz o la sal, de esta proviene la palabra salario. Ambos servían perfectamente como dinero, pero solo en una de sus dos funciones, el intercambio. Pero hay otra, el ahorro, y para eso, era necesario que fuera duradero. El maíz se pudre y la sal, si se moja, pierde todo su valor. Había que buscar otra cosa y surgieron el oro y la plata. Estos eran fáciles de transportar y duraderos, sobre todo el primero.
Comenzaron a acuñarse monedas de estos dos metales preciosos, pero surgió un problema. Es cierto que cumplían las funciones de intercambio y de ahorro o que eran fáciles de transportar, pero esto no era suficiente. Por un lado, cierta cantidad de dinero suponía una bolsa muy grande y la incomodidad que eso conlleva. Además, si te lo robaban te quedabas sin él. 

Los primeros metales circularon en principio en base al peso, en forma de pepitas, en telas y almidón, en polvo etc. La circulación de los metales preciosos sin acuñar provocaba grandes inconvenientes por las dificultades que surgían respecto al peso y la ley o pureza de las piezas utilizadas. Posteriormente y para evitar los posibles fraudes derivados del recorte de las monedas se inició el troquelamiento de las monedas. Tanto en Mesopotamia como en Egipto se utilizaban los lingotes de plata por peso, pero no como monedas. Estos códigos venían a reflejar una realidad cotidiana en esa sociedad, en la que junto a la plata, que se reservaba para algunas transacciones, también se utilizaba el grano para medir el valor de los salarios o de los alimentos. Yidao, Mingdao, China, Dinastía Zhou a. En las sociedades agrícolas el ganado era utilizado para grandes transacciones, y para pequeñas, la sal. La sal era valorada de forma que incluso a los soldados romanos se llegó a pagar con sal. En el siglo IX el papel moneda fue utilizado por primera vez en China, con certificados de la dinastía Tang para evitar transportar plata, que se utilizaba para transacciones importantes, pero al estar mal controlados sufren una gran inflación y una gran crisis económica gubernamental. y de esta forma, el dinero fue evolucionando.



Había que inventar otra cosa y después de cierto tiempo, surgió el dinero como hoy lo conocemos, en monedas y billetes.


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Imagen: http://dinerogi.blogspot.com/


La historia de los Goldsmith

A modo de cuento, os explico lo que sucedió con una familia de orfebres. Se trata de una breve historia que explica cómo probablemente un orfebre de la edad media podría haber dado inicio a este sistema. 

La historia cuenta que hubo una época donde casi cualquier cosa podía usarse como dinero, algo similar al "trueque". Como principal requisito tenía que ser portable y que además fuera de utilidad para el resto de personas, de modo que pudiera intercambiarse. El ORO y la PLATA fueron los más atractivos para la mayoría y además eran ligeros y fáciles de llevar.

Un orfebre de la época, el Sr. Goldsmith, se decidió a trabajar oro y plata hasta convertirlos en monedas y luego las estandarizó. Tras su trabajo, construyó una especie de caja fuerte en su casa y allí almacenó su oro y su plata en monedas (aceptadas por todos).

Con el tiempo sus vecinos empezaron a pedirle que les alquilara un lugar en su "caja fuerte" para guardar también su oro y él comenzó a emitir una especie de "cheque" que certificaba que el oro estaba guardado allí. 

Una vez que la gente tomó confianza en el señor Goldsmith, todos empezaron a alquilar un espacio en su caja fuerte hasta llenarla y así el señor Goldsmith se fue haciendo rico.

El señor Goldsmith, a medida que transcurría el tiempo, pudo notar algo en las costumbres de las personas: rara vez volvían a retirar su oro, en lugar de eso usaban los certificados que el emitía para intercambiarlo por otros bienes y solo a veces, y eran pocas las personas iban a retirar su oro.

Estas costumbres permitieron al Sr. Goldsmith empezar a prestar su oro con un interés, él les emitían a las personas certificados por el préstamo y estas personas luego lo devolvían con un interés. Esta nueva modalidad ayudó al protagonista de nuestra historia a hacerse cada vez más rico.

Siguiendo la historia, el Sr. Goldsmith, basado en las costumbres mencionadas previamente, no solo comenzó a prestar su oro sino también el oro de las demás personas que lo habían depositado en su caja fuerte (ahora ya mucho más grande que antes). Recordemos que las personas que le pedían préstamos no le pedían oro, solo pedían los cheques, que eran mucho más portables y fáciles de intercambiar. Y él continuaba haciéndose cada vez mas y mas rico.

Llegó un momento en que el Sr. Goldsmith, observó que su capacidad de préstamos tenía un límite, el oro que existían en su caja fuerte, pero también observó que en esa época el mundo estaba en plena expansión y la necesidad de crédito era grande.

Entonces el señor Goldsmith tuvo otra idea, PRESTAR MÁS ORO DEL QUE TENÍA EN SU CAJA FUERTE.

Pudo hacerlo por las siguientes razones:

1. Solo él sabía la cantidad real de oro que había en su caja fuerte
2. Los cheques ya eran aceptados como dinero o sustitutos del oro
3. Los depositantes rara vez iban a pedir su oro, y si lo hacían, nunca iban todos juntos
4. Solo él sabía cuánto dinero había en las cajas
5. Solo tendría que garantizar la devolución de oro de aquella mínima cantidad de personas que iban a retirarlo.

Entonces, mientras nadie se diera cuenta de esto, él podría ser increíblemente rico y, mientras las personas pagaran sus créditos, el sistema funcionaría perfectamente.

Entonces, el Sr. Goldsmith estaba inventando dinero, ya que solo lo escribía en un certificado y la gente lo usaba como si fuera oro.

Así de increíble como parece, el Sr. Goldsmith inventaba dinero que no tenía, lo prestaba y cobraba intereses por el.


Pero resulta que Goldsmith se confió demasiado y comenzó a hacer cheques de dinero que ni si quiera tenía, este fraude no fue descubierto por mucho tiempo, pero nuevamente los Goldsmith (la familia de los Golsdsmith) comenzaron a derrochar aun más dinero y esto ocasionó que la gente volviera a presentar sospechas y ahora si que comenzaron a retirar su dinero pero esta vez en forma de oro, y esta vez el juego para los Goldsmith se acabó, se crearon varias filas de gente reclamando su oro y ya los Goldsmith no tenían la capacidad de devolver ese oro a sus legítimos propietarios y por lo cual tuvieron que cerrar su banco. Este se llama el pánico de los ahorradores y es lo que todo banco teme que suceda. Por razones de control en el incremento de dinero se crearon los límites en las cantidades de préstamos controladas mediante inspecciones.

Y llegaron los bancos

Con los problemas de delincuencia y el miedo a los robos, algunos agudizaron el ingenio y el proceso de origen del dinero dio lugar a los bancos, que pensaron que una buena idea era emitir dinero en algo que no fuera oro o plata, los billetes. Los clientes dejaban su «dinero» en depósito y a cambio recibían este otro dinero. Era más fácil de transportar y el verdadero valor estaba seguro.
También comprobaron que nunca iban todos los clientes a retirar su oro a la vez. De hecho, eran pocos los que lo hacían y pensaron: ¿por qué no prestar esos excedentes? Y lo hablaron con sus clientes, contestando ellos que les parecía bien. Pero claro, si antes pagaba por la custodia, ahora querían cobrar algo por hacer estos préstamos a través del banco. Se fueron seleccionando algunos metales como el oro, la plata y cobre como bienes óptimos para funcionar como dinero. Este sistema funcionó bien durante años, siendo una forma exitosa la historia del dinero moneda. Al dinero creado por los bancos privados a través de los préstamos que realizan con el dinero depositado por sus clientes se le denomina dinero bancario. La lógica de este sistema era sencilla, razonable y aceptada por todos. 

Los bancos cobraban un interés, aunque según las enseñanzas de Aristóteles:
"El propósito del dinero es servir a los miembros de la sociedad y facilitar el intercambio de bienes para llevar una vida virtuosa". 
Aristóteles

El interés era contrario a la razón y la justicia porque ponía una carga innecesaria al uso del dinero. Así la Iglesia prohíbe en la Edad Media cobrar interés por los préstamos y lo convierte en el delito de la usura. Atesorando grandes riquezas y concediendo créditos a la realeza. Crean un sistema socio-económico sin precedentes, establecen una red de comercio, junto a las donaciones para ganar el cielo, se hacen con tierras y villas enteras donde cobran aranceles. El Rey mantenía una como prueba frente a la falsificación y la otra mitad de la pieza la introducía en el mercado como dinero. En realidad pudo haber utilizado otro producto, ya que el dinero es valioso solo cuando la gente lo acepta como tal. Este sistema funcionó bien durante años, siendo una forma exitosa de moneda. A finales de la Edad Media con la expansión del comercio europeo se introduce la letra de cambio en el comercio italiano de telas, lana, vino y otros. 

Aparece el empresario, una figura que puede asumir riesgos económicos no personales y se inicia la industrialización. Se generaliza en Europa la moneda de cobre, de poco valor intrínseco. 

Y llegaron los préstamos y las hipotecas

Así pues, aquellos «depositarios de dinero» se convirtieron en los bancos. Los billetes de no hace tanto tiempo (que estaban respaldados por oro) después de los acuerdos de Bretton Woods se convirtieron en promesas de pago del banco central del país correspondiente. Es el llamado dinero fiduciario. Y la moneda de referencia surgida de aquel pacto fue el dólar norteamericano.
De esta forma, si tenemos un billete de veinte euros quiere decir que el BCE (Banco Central Europeo) promete que nos pagaría ese dinero. Algo que en la realidad nunca va a suceder, ya que con ese dinero podemos comprar y ahorrar, es decir, cumple las dos funciones que necesitamos de él.
En la mayoría de países, los bancos tienen muy poco dinero físico. La mayoría está en las anotaciones en cuenta. Además, existe el «coeficiente de caja» que es un indicador que informa al banco de qué cantidad (en porcentaje) debe tener de dinero físico, que respalde el que presta. Así, si ese coeficiente es del 10% quiere decir que si el banco tiene en circulación 100 millones de euros debe tener en dinero 10 millones de euros en su caja fuerte. 


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Por ejemplo, si tenemos una hipoteca, el banco no nos da esos 200.000 euros del valor de nuestra casa. Lo que hace es ingresarlo en nuestra cuenta a través de un apunte contable. Luego nosotros ese dinero se lo transferimos al vendedor. A su vez, la entidad debe respaldarlo con 20 millones de euros en dinero físico, si el coeficiente de caja fuera del 10%.
Internet ha facilitado estas transacciones y en la actualidad lo habitual es operar con cuentas online. 

Una curiosidad sobre la inflación. El sextercio romano

La inflación, que es una subida continuada de precios de bienes o servicios, puede tener un origen monetario. Esta es al menos una de las teorías de la escuela austriaca de economía, cuyo fundador fue Ludwing Von Mises, economista de los llamados «liberales». Lo cierto es que dependiendo del punto de vista, los factores puede ser variados, desde los aumentos de costes, hasta los excesos de demanda, como predicaba John Maynard Keynes. 
Esto nos lleva a una curiosidad respecto a la moneda más habitual en Roma, el sextercio. Parece ser que algunos emperadores, ávidos de poder, descubrieron que podían adulterar el sextercio de oro mezclando otros metales más baratos. De esta forma, podían acuñar monedas por un valor nominal muy superior al real y así, financiar sus enormes campañas de conquistas. Pero claro, esas monedas, en realidad, estaban infladas.
Sin embargo, los empresarios acostumbrados a estar ojo avizor se dieron cuenta. La moneda no valía su peso en oro. ¿Y qué hicieron? Pues incrementar sus precios para compensar esa pérdida de valor. Así apareció, según estos teóricos austriacos, el fenómeno de la inflación, con su causa monetaria que se explica a través de la depreciación del dinero. 

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