España, Agosto 2020. Pesimista recuperación económica. COVID (IX)
España, Agosto 2020. Pesimista recuperación económica. COVID (IX)
La OCDE prevé una recuperación económica, pero con matices
18 / AGOSTO / 2020
La OCDE vuelve a hacer público su indicador compuesto. Un indicador que
ofrece una clara recuperación de la economía a nivel global, pero con matices
que deben analizarse.
En su informe semestral de perspectivas publicado el 10 de junio, la OCDE ya avanzaba que la economía española sería una de las más castigadas por la crisis de la COVID-19. En dicha fecha se preveía una caída del producto interior bruto (PIB) este año del 14,4% en caso de una segunda ola de la epidemia. Con el cierre de datos del segundo trimestre la economía española se contrajo un 18,5% (en el segundo trimestre), frente al hundimiento del 20,4% del PIB del Reino Unido, colocándose España en segunda posición de los países de la OCDE.
En su informe semestral de perspectivas publicado el 10 de junio, la OCDE ya avanzaba que la economía española sería una de las más castigadas por la crisis de la COVID-19. En dicha fecha se preveía una caída del producto interior bruto (PIB) este año del 14,4% en caso de una segunda ola de la epidemia. Con el cierre de datos del segundo trimestre la economía española se contrajo un 18,5% (en el segundo trimestre), frente al hundimiento del 20,4% del PIB del Reino Unido, colocándose España en segunda posición de los países de la OCDE.
En las últimas
semanas, atendiendo a una crisis sin precedentes como la que nos acontece, se
han publicado muchos informes, así como indicadores, que tratan de clarificar
el incierto que futuro que se avecina. Un futuro que, a ojos de los datos que
recoge la actividad
económica en los distintos países afectados por la
pandemia, se muestra muy pesimista y con un excesivo grado de incertidumbre que
dificulta el proceso de estudio y análisis.
Tal es la dificultad
que, atendiendo a las distintas declaraciones que han ido haciendo algunos de
los más reputados economistas académicos en el país, el comportamiento de la
pandemia es tan volátil e impredecible que el hecho de tratar de proyectar variables
a plazos superiores a dos días se ha vuelto una misión imposible.
No obstante,
dependiendo de la organización y la institución que lleve a cabo dicho informe,
este gozará de una mayor o menor aceptación por parte de tan destacados
economistas, así como la propia sociedad civil. Entre estos informes, destaca
el de los indicadores adelantados que ha publicado la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En este
informe, se escogen una serie de variables que, como veremos a continuación y
aplicando distintos modelos, tratan de proyectar el comportamiento futuro de la
economía, siendo su fin el de poder adelantarse a posibles sucesos a los que
deberá enfrentarse la economía en cuestión.
Los Indicadores
adelantados se forman con una serie de indicadores cíclicos, de los cuales, la
mayoría de ellos, se ajustan en función de su estacionalidad. Algunos
de los indicadores seleccionados para el cálculo son los de horas trabajadas,
permisos de construcción, peticiones de subsidio de
desempleo, pedidos de bienes duraderos, evolución de la
bolsa, agregado
monetario M2, índice de expectativas de consumo, entre otros.
El objetivo de
publicar y analizar estos indicadores, además de ser la razón por la que
reciben dicho nombre, es el de adelantarse al ciclo real 6-12 meses. Para ello,
se trata de buscar tendencias de largo plazo en el índice que intenten predecir
puntos de inflexión en las distintas economías que integran la organización
multilateral. Anteriormente, la regla general era que tres meses consecutivos
de caídas en el índice señalan recesión en el plazo de un año, mientras que,
por otro lado, si se producen tres aumentos consecutivos, estos podrían estar
señalando una recuperación.
Una recuperación con matices
Así, una vez conocemos
lo que son estos indicadores, lo que miden, así como el objetivo por el que se
lleva a cabo la realización de estos, es preciso destacar lo que nos dice el
último informe publicado.
En este sentido, los
datos que ofrecen estos indicadores para el mes de julio, si atendemos a una
visión general y haciendo un contraste con meses anteriores, muestran un mejor
comportamiento futuro de las distintas economías en el planeta. Un mejor desempeño
de las economías en el futuro por la previsión establecida en la que dicha
pandemia, durante los próximos meses, va perdiendo intensidad; dicho sea de
paso, permitiendo ir recuperando la normalidad, en lo que a actividad económica
se refiere. Una normalidad que, atendiendo al gráfico que a continuación se
muestra, se anticipa para el conjunto de economías de la OCDE, así como la
Eurozona.
Así, dicho indicador
para el conjunto de países que integran la OCDE a nivel internacional presenta
un claro repunte en las expectativas, el cual lo ha llevado a crecer desde los
97,04 puntos hasta los 97,98 puntos. Un repunte que mejora la expectativa
notablemente para el conjunto de economías que integran dicha organización. Por
otro lado, habiendo seleccionado el conjunto de las economías europeas que
integran dicho organismo, el indicador se situaba el mes pasado en los 97,11
puntos y ahora se encuentra en los 97,91 puntos. Por último, si el análisis lo
hacemos de las economías que integran el G-7, podemos observar un repunte en
las expectativas más destacable, situando el nivel de crecimiento para el
conjunto de economías líderes en el planeta en los 97,91 puntos para este mes,
habiendo registrado durante el mes pasado niveles que situaban las expectativas
para “el club de países ricos” en los 96,77 puntos.
Por tanto, como
podemos observar, el repunte es bastante notable y denota una clara
recuperación para las distintas economías en el planeta. Ahora bien, como
también recoge el indicador compuesto, esta recuperación presenta matices.
Pues, pese a que en el conjunto se observa una clara recuperación de los
niveles previos, cuando analizamos el indicador país por país, economías como
España, por ejemplo, presentan un claro deterioro en las expectativas.
España, uno de los matices
Como decíamos, aunque
la lectura general ofrezca un balance positivo, como siempre ocurre, existen
excepciones que debemos destacar. Excepciones que, como la de España, deberían
preocupar a unos gobernantes que, analizando los datos que se ofrecen, se
podrían mostrar impasibles ante ese claro “descuelgue” de la economía española.
En este contexto, y a diferencia del resto de economías que integran el bloque
comunitario, hablamos de un descenso de las expectativas para España bastante
notable. Un descenso que, además, se sitúa muy por debajo de la media
internacional, así como muy por debajo del conjunto de economías en la zona euro.
Como se puede observar
en el caso de España, mientras que el conjunto de economías presenta claros
ascensos en contraste con los niveles registrados durante el mes de junio, la
economía española presenta el mayor descenso registrado de las economías analizadas
por el organismo. En este sentido, hablamos de un descenso que sitúa a España,
además de como la economía más dañada de la OCDE, como una de las pocas
economías que, en base a sus pronósticos, no ofrece signos de recuperación en
los próximos años. Y es que, tras registrar una caída de 0,63 puntos, que ha
situado el indicador en los 93,72, España ha sido de los pocos países que,
habiendo registrado en meses pasados un nivel que se situaba en los 94,31
puntos, presenta una caída en su serie histórica reciente.
Tal es la magnitud de
dicho suceso que, en comparación con economías igualmente dañadas -siendo este
el caso de Italia-, el país peninsular sigue liderando las caídas. Así,
atendiendo a los registros que ofrecen otras economías como Francia, Italia o
Alemania, hablamos de que las perspectivas mejoraron, respectivamente, en 0,8,
0,3 y 0,9 puntos. Por tanto, desmarcando a España de esa recuperación prevista
que la acerca a una recuperación mucho más gradual como ya ocurrió en crisis
pasadas.
En conclusión,
hablamos de una situación que, pese a pasar desapercibido, no deberíamos pasar
por alto. Analizar, como diría aquel, la “big picture” nos puede confundir.
Pues, como se observa, lo que a priori es una lectura positiva para el conjunto
de economías, se convierte en un verdadero fiasco cuando se analiza cada país
de forma separada.
Fuentes: https://economipedia.com/
https://www.eleconomista.es/
Comentarios
Publicar un comentario